Dentro del teísmo existen distintas corrientes, que deducen distintos atributos de Dios, las dos corrientes más comunes son el teísmo clásico y el teísmo neoclásico. El cristiano no está comprometido con ninguna de estas dos posturas, se puede ser cristiano siendo tanto teísta clásico como neoclásico, sin embargo, este asunto es de debate para muchos académicos cristianos hoy en día.
El teísmo clásico es la postura tradicional que han adoptado no solo los cristianos, sino el resto de la cultura occidental en general, desde los judíos hasta algunos musulmanes como Avicena. Los autores más destacados del teísmo clásico son personas como Agustín de Hipona, Tomás de Aquino o Anselmo. Incluso se puede decir que Aristóteles fue quien sentó las bases de lo que hoy conocemos como teísmo clásico, en su libro «La metafísica».
Por el contrario, el teísmo neoclásico es una corriente moderna surgida en las últimas décadas, la cual no dista demasiado del teísmo clásico, ya que según los propios autores neoclásicos el teísmo neoclásico busca «pulir ciertos errores» que comete el teísmo clásico a lo largo de la tradición. Sus autores más destacados son personas como William Lane Craig o Alvin Plantinga. Ambos autores son modernos y siguen publicando en la actualidad.
El teísmo clásico y neoclásico tienen múltiples diferencias, pero a grosso modo, el teísta clásico sostiene que Dios es simple, en el sentido metafísico de la palabra, es decir, que Dios no está compuesto por atributos, sino que Dios es sus atributos. Por ejemplo: Dios no tiene amor, Dios no está compuesto por amor, sino que Dios es el amor.
¿Por qué? Pues porque los teístas clásicos razonan que los seres compuestos por atributos tienen esa composición de atributos en virtud de otro ser, es decir, los seres que son una composición de atributos requieren si o si de otro ser para existir, pero si Dios es la primera causa y nada existía antes que él, entonces de ahí se sigue que Dios no puede ser un ser compuesto por atributos, sino que Dios es aquel que crea dando el ser, creando seres que sí son compuestos por atributos, en virtud a aquel ser que es todos los atributos en su esencia, que es Dios.
Por supuesto que estoy dando muchas cosas por sentado, pero es que esto no pretende ser una defensa de estos argumentos, simplemente pretendo explicar qué es lo que piensan los teístas clásicos.
Por otro lado, los teístas neoclásicos rechazan este atributo, además de muchos otros atributos del teísmo clásico, como la atemporalidad, la inmutabilidad o la impasibilidad de Dios. Sin embargo, cuando hablamos de teísmo neoclásico, no es un término muy fácil de definir, porque al ser una corriente tan reciente todavía no está del todo claro qué es lo que piensan los teístas neoclásicos, ya que la falta de autores hace que no podamos identificar del todo bien cuáles son los puntos en común que identifican al teísmo neoclásico.
Esto no quiere decir que todo aquello que no sea teísmo clásico sea teísmo neoclásico, existen otras corrientes teístas, como el teísmo abierto, que consiste en que Dios no puede conocer el futuro, por tanto, el hecho de que no esté muy claro qué es el teísmo neoclásico y que haya una escala de grises, no quiere decir que todo aquello que no sea teísmo clásico sea teísmo neoclásico.
Cabe aclarar que esto no es una discusión entre católicos y protestantes, hay gente que identifica el teísmo neoclásico con el protestantismo, ya que los dos autores neoclásicos más destacados son Craig y Plantinga, que son dos protestantes, pero realmente esto no es así, el protestante no está comprometido con el teísmo neoclásico, de hecho la mayoría de los protestantes abrazan el teísmo clásico.
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